La sensación de cansancio es algo que todos hemos experimentado en algún momento. La pregunta es: ¿cómo de a menudo? Si es algo puntual puede deberse a una mala noche de sueño, una carga de trabajo pesada un día en concreto o el estrés por algo que te ha provocado preocupación. Sin embargo, si te sientes cansada habitualmente, hay un factor crucial que suele pasarse por alto y que tiene mucho que ver con la vitalidad: la importancia de una buena hidratación. . ¿Sabías que mantenerte adecuadamente hidratada puede ser la clave para recargar tu energía de manera natural?
La importancia del agua en tu cuerpo
El agua es esencial para el correcto funcionamiento de nuestro organismo. Aproximadamente el 60% de nuestro cuerpo está compuesto por agua, y esta desempeña un papel fundamental en muchas funciones vitales como: la circulación sanguínea, la digestión y la regulación de la temperatura corporal. Cuando no bebemos suficiente agua, estas funciones pueden verse afectadas, lo que puede generar una sensación de fatiga, somnolencia y falta de energía. ¿Crees que puede ser esto lo que te esté pasando a ti?
En muchas sesiones que realizo me encuentro con que uno de los puntos a mejorar dentro de los hábitos diarios es beber agua. En sorprendente cómo algunas personas han llegado a desconectar de la sensación de sed y, otras, directamente no se acuerdan de beber.
¿Por qué ocurre esto? Si poco a poco, vamos bebiendo cada vez menos agua ocurre lo siguiente en nuestro organismo: a medida que el cuerpo se acostumbra a una ingesta insuficiente de líquidos, el sistema que controla la sed en el cerebro puede volverse menos sensible. Esto puede hacer que la necesidad de agua no se perciba con claridad, incluso si el cuerpo está empezando a deshidratarse. Además, factores como el estrés o la falta de sueño pueden alterar la respuesta normal del cuerpo en relación a la sed.

¿Cómo puede afectar la deshidratación a tu energía?
La deshidratación, incluso en niveles leves, puede tener un impacto significativo en nuestra vitalidad. Al no tener suficiente agua, el cuerpo comienza a trabajar de manera menos eficiente, lo que provoca que los sistemas que dependen del agua no funcionen correctamente. Como resultado, puedes sentirte más cansada, lenta y menos concentrada.
Además, la deshidratación puede afectar el equilibrio de los electrolitos, esenciales para la contracción muscular y la función nerviosa. Esto no solo provoca fatiga física, sino que también puede hacer que tu mente se sienta nublada y con dificultad para concentrarse.
La hidratación no es el único factor que puede estar influyendo en esa sensación de falta de energía. También influye el encontrarse en una situación de estrés prolongado, falta de sueño, déficit de nutrientes e, incluso, ritmos circadianos alterados.
Beneficios de una hidratación adecuada
- Mejora la circulación sanguínea: al estar bien hidratada, tu corazón puede bombear sangre de manera más eficiente, lo que ayuda a distribuir oxígeno y nutrientes a tus células.
- Incrementa tu rendimiento físico: si eres activa, mantenerte hidratada te ayudará a reducir la fatiga muscular y aumentar tu resistencia.
- Favorece la concentración: un cerebro bien hidratado funciona mejor, lo que te permite mantener la concentración durante más tiempo.
- El agua ayuda a transportar nutrientes y desechos y facilita la comunicación celular.
- Además, el cerebro, que está compuesto en su mayoría por agua, necesita una hidratación adecuada para funcionar de manera óptima, ya que la deshidratación puede afectar a la memoria, la concentración y el estado de ánimo.
- Favorece la microbiota intestinal ya que la falta de agua puede contribuir al crecimiento de bacterias patógenas y disminuir la cantidad de bacterias beneficiosas. Esto puede alterar la producción de neurotransmisores como la serotonina (el 90% se produce en el intestino), afectando directamente al estado de ánimo y generando más estrés en el cuerpo.
¿Te has sentido identificada con esto? Aquí van unos consejos
- Lleva una botella de agua contigo durante el día.
- Si te cuesta beber agua, puedes tomar infusiones o prepararte agua vitaminada para aportarle un poco de sabor natural.
- Come alimentos ricos en agua como frutas y verduras y elaboraciones que también aporten hidratación como cremas y sopas.
- Si se te suele olvidar, ponte algunos recordatorios: puedes añadir alarmas, descargarte una app que te ayude a registrar cuánto bebes al día o directamente un post-it en los sitios más visibles para ti.
- ¿Trabajas en casa? Puedes dejarte vasos por los sitios que más frecuentas.
Y no olvides: la hidratación diaria no solo es crucial para mantener el equilibrio fisiológico, sino también para asegurar que el cuerpo funcione correctamente a nivel neurológico e inmunológico.
Poco a poco irás creando el hábito. Si se te olvida de nuevo, vuelve. No desistas 🙂
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